Ella no solo se volvió tendencia, sino que era el tema en tres hashtags.
Solo que esta vez, ninguno de esos tres tópicos virales le favorecía en lo más mínimo.
#¡Giro inesperado! #Carolina es la tercera en discordia#
#Carolina incita a sus fans a causar disturbios en la vida real#
#Carolina es una falsa socialité#
Cada uno de estos tres hashtags venía acompañado de pruebas contundentes.
En el tuit que revelaba que Carolina era la amante, se publicaron capturas de pantalla de las conversaciones entre ella y Carlos, justo cuando ella regresó al país. También se incluyeron mensajes donde provocaba a la novia oficial de Carlos, la abogada Luisa.
El comentario con más "likes" bajo ese tuit era de alguien que decía conocer a Carolina en la vida real.
[Ella sí fue la tercera en discordia. Cuando volvió al país, el presidente Carlos aún no había terminado con su novia. En nuestro círculo todos lo sabíamos.]
Muchos internautas amantes del buen chisme comenzaron a insultarla sin descaro.
Por supuesto, también hubo fans que salieron en su defensa, alegando que las capturas eran falsas.
En el segundo tema viral, sobre cómo Carolina incitó a sus seguidores a causar disturbios, se incluyeron videos del chico de gafas que arrojó ácido sulfúrico y del fanático que insultó públicamente a Luisa en la calle, ambos siendo arrestados.
La policía incluso emitió un comunicado oficial explicando los hechos.
En el informe se mencionaba claramente que el hombre de gafas, Orestes, actuó con resentimiento después de que Carolina fuera vetada como streamer, y que ya se había iniciado una investigación penal por el delito de lesiones intencionadas.
También se decía que Orlanda fue incitada por la streamer Carolina a provocar disturbios e insultar a personas en la vía pública, motivo por el cual quedó detenida por quince días.
Había videos, fotos y el comunicado policial. Esta cadena de pruebas condenaba por completo a Carolina.
La sección de comentarios estaba repleta de insultos.
El tercer hashtag revelaba la verdadera identidad de Carolina.
Ella no era ninguna hija de familia adinerada. Su familia tenía un nivel económico apenas clase media. Se insinuaba que ella se metió en la relación entre Carlos y la abogada Luisa solo para obtener favores económicos, y que todos esos bolsos de marca eran regalos que le sacó a Carlos tras seducirlo.
En los comentarios de ese tuit, algunos decían que la verdadera hija de familia rica era la abogada Luisa.
Alguien incluso publicó fotos de Luisa en una fiesta en la finca de la familia González, fotos de ella conduciendo autos de lujo y tomando café en un hotel cinco estrellas.
Los ojos largos de Jorge brillaban con ferocidad, su sonrisa era sombría.—Ven, probemos qué se siente ser corroído por ácido sulfúrico...
—¡Aaaahhh!
—¡Auxilio, socorrooo!
Los gritos del hombre no cesaban.
Pero cuanto más gritaba, más emocionado parecía Jorge.—Tsk tsk, comparado con el ácido concentrado que le arrojaste a la señorita Luisa, ¿esto diluido qué tal lo sientes?
Aunque el ácido estaba diluido, seguía siendo corrosivo.
La cara del hombre comenzó a llenarse de pequeños agujeros causados por el ácido, su apariencia se volvió lovecraftiana.
—¡Aaaahhh!—El hombre gemía de dolor,—¡Mátame, mátame! ¡Al menos mátame y hazlo ya!
Jorge soltó una carcajada burlona.—¿Rápido? ¿Acaso te lo mereces?
Mientras hablaba, sacó medio gotero de ácido con una pipeta y lo dejó caer sobre el dorso de la mano del hombre.—Así, poco a poco... es como se disfruta de verdad...
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Os comentários dos leitores sobre o romance: El Secreto de Mi Prometido