—Yo, yo...— Bajo la mirada de todos, Valentina sentía una gran presión.
Ella tartamudeó: —Estaba celosa porque te habías ganado el afecto de Andrés, quería encontrar mi lugar frente a él, lo siento, realmente me equivoqué...
Luisa preguntó: —¿Eso es todo?
—Sí.
Patricia suspiró, —Niña, ¿cómo puedes ser tan insensata? ¿Todavía te crees una niña de tres años?
Valentina, con la cabeza baja, su voz se quebró con un sollozo, —Mamá, me equivoqué, no volveré a hacerlo.
Víctor dijo: —Es bueno que reconozcas tus errores, no lo repitas, casi arruinas la reputación de nuestra familia.
Luisa miraba fijamente a Valentina, sabía que Valentina no decía la verdad.
Pero lograr que Valentina admitiera sus sentimientos por Andrés frente a Víctor y Patricia claramente no era posible.
Luisa no se complicó más y dijo indiferente: —Oh, ya veo.
Víctor se volvió hacia Miguel, —Señor Miguel, fallamos en la educación de nuestra hija en la familia, por favor, cálmese, ya habrá visto esos videos en internet...
Miguel fingió no saber: —¿Qué videos?
Víctor explicó: —Alguien grabó lo que ocurrió en la fiesta de anoche y lo subió a internet.—Ah.—Miguel tomó un sorbo de café, —Voy a verlo.
Sacó su celular, —¿Dónde están?
Luisa se acercó y abrió Twitter para encontrar esos videos.
Después de verlos, Miguel estuvo a punto de reír al notar esos títulos tan extraños.
Al mirar la sección de comentarios, todos estaban criticando a Valentina.
Miguel dijo riendo: —Está bien. Si haces algo malo, debes asumir la responsabilidad, merece ser criticada.
Víctor: —Es cierto lo que dices, pero esto daña la reputación de nuestra familia y también la de ustedes, la familia González.
Sin embargo, Andrés actuó como si no la hubiera visto, indiferente.
...
Hospital.
Todos los indicadores del donante de médula ósea eran normales; el hospital había programado el trasplante de médula ósea para dos días después.
Al saber que la enfermedad de Leticia tenía cura, Evaristo mostró una sonrisa que hacía mucho no se veía.
—Esto es maravilloso, estoy realmente agradecido. Abogada Luisa, le ha salvado la vida a Leticia. No sé cómo podré agradecérselo, solo pido que no se ofenda, Evaristo y yo haremos todo lo que usted decida desde ahora.— Evaristo, emocionado, se secaba las lágrimas.
Luisa sonreía, aliviada al saber que la compatibilidad de la médula ósea había sido exitosa y que pronto se realizaría la operación.
—Me alegra haber podido ayudar a Leticia.— Tomó del brazo a Andrés, —En esta ocasión también tengo que agradecer a mi prometido, fue él quien ayudó a encontrar la médula ósea compatible.
Evaristo agradecía una y otra vez.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: El Secreto de Mi Prometido