Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 74

Punto de vista de Kelly

Seguí corriendo para alejarme de la mansión mientras oía pasos firmes que me seguían. Miré hacia atrás sin dejar de correr lo más rápido que podía, tanto que sentía que el corazón se me saldría del pecho. Los que me perseguían eran Klay y sus hombres.

"¡KELLY!".

Yo temblaba de miedo. "¡No! ¡No! ¡No me pueden atrapar aquí!", pensé.

"¡VUELVE AQUÍ, KELLY!".

"¡No!". Sacudí la cabeza mientras seguía corriendo. Podía sentir que se acercaban y eso me asustaba aún más. No quería volver allí, haría todo lo posible para escapar esa noche y no me rendiría.

"¡KELLY!".

Klay casi me alcanzaba y, justo cuando estaba a punto de rendirme, un auto deportivo rojo apareció y se detuvo frente a mí. Quedé sorprendida al ver que la puerta se abría y, llena de esperanza me zambullí en el auto. No tenía idea de quién me estaba ayudando, pero no dudé en subir.

"¡Kelly!". Esta vez habían gritado mi nombre más fuerte que nunca.

Yo jadeaba de manera intensa; el auto avanzó a toda velocidad. Miré hacia atrás y Klay estaba parado en medio del camino observando cómo me alejaba.

Se me volvieron a llenar los ojos de lágrimas, pero esta vez por el alivio que sentía.

Alguien me entregó un pañuelo y, cuando miré hacia el asiento del conductor, me quedé helada ante la mujer que no había visto en mucho tiempo. Desapareció después de visitarme en mi floristería y decirme que llamara a mi padre. Ella fue quien me había dado una pista sobre la condición de él, y estaba junto a mí para ayudarme una vez más.

"Emily...".

Me miró y arqueó una ceja. "La misma".

"Pero...". No pude terminar la frase, no sabía qué decir. Al final, hice una pregunta de la que no estaba segura si ella estaba dispuesta a responder. "¿Por qué?".

Esbozó una sonrisa y me miró de nuevo. "La respuesta es simple, pero no te la diré por ahora".

Me quedé mirándola por un instante. La velocidad ya era normal, y yo estaba más tranquila. A pesar de que había estado enfadada con ella, no podía dejar de agradecerle que me salvara esa noche.

"Gracias".

"Es demasiado pronto para agradecerme, Kelly. Todavía estás bajo las garras de Klay".

La miré y recordé su pasado con él. Habían mantenido una relación, pero, a diferencia de Amanda, Emily no era violenta.

Sonrió y me miró de nuevo. "¿Qué? No me digas que te has enamorado de mí. No puedo satisfacerte, me gustan los penes".

"Amas a Klay, ¿verdad?", pregunté ignorando sus vulgares palabras.

Su expresión cambió al instante después de eso, se mantuvo inexpresiva mientras estacionaba frente a un edificio de dos pisos abandonado con un auto adentro.

"Tenemos que cambiar de vehículo".

"¿Eh?".

La seguí mientras caminaba hacia un viejo auto blanco. Ella me miró y me aseguró: "No te preocupes. Alguien en quien confío vendrá a buscar este auto para atraer a Klay. No nos atraparán".

Me la quedé mirando, no sabía qué decir. Abrió la puerta del asiento del conductor y se volvió hacia mí. "¿Qué? ¿No vendrás?".

De inmediato corrí hacia el asiento del pasajero y subí; Emily encendió el motor y arrancó el vehículo. Miré hacia atrás y vi que un hombre se dirigía hacia el auto deportivo que habíamos dejado.

Me pareció extraño, esa persona me resultaba familiar.

Emily se rio entre dientes. "Debes intentar ubicarte en primer lugar entre tus prioridades, Kelly. Te lo digo por experiencia".

"Debes tener un pasado doloroso".

Ella se encogió de hombros. "Ya lo creo, por eso me alegra ver sufrir a Klay, quiero que su vida sea un suplicio. Solo tú puedes atormentarlo como se merece, eres muy importante para él".

"¿Crees que él en verdad me ama?", le pregunté con seriedad.

Vi que esbozó una sonrisa. "¿Por qué? ¿Estás dispuesta a perdonarlo?".

"No", respondí con la frente arrugada. "Solo quiero asegurarme de que él me valore lo suficiente como para no lastimar a mi papá".

"Debe haberte manipulado advirtiéndote sobre el daño que le haría a tu padre si le desobedecías".

Asentí y apreté los labios.

Ella sonrió y negó con la cabeza. "Klay no le hará daño físico a tu padre, Kelly. Pero sé que lo torturará quitándole todo lo que atesora".

"La empresa…", susurré cabizbaja.

"Y tú", añadió Emily. Ese comentario hizo que volviera a mirarla.

El silencio reinó entre nosotras después de aquella conversación. Seguí mirando la carretera hasta que me quedé dormida y, cuando desperté, Emily estaba estacionando frente a una casa de dos pisos con un enorme patio trasero. Me quedé boquiabierta al ver la gran cantidad de árboles que había en la zona y lo lejos que parecía estar de la ciudad.

"¿Dónde estamos?", le pregunté mientras Emily se quitaba el cinturón de seguridad.

Ella me miró y sonrió. "Bienvenida a mi escondite".

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