Punto de vista de Kelly
—...compartir la cama conmigo otra vez.
Klay estaba allí dentro de la habitación de Amanda y... ¿qué dijo ella? ¿Compartir la cama?
No pude moverme. Solo había escuchado esas palabras, pero sentí como si mi mundo se desmoronara y comenzara a caer. ¿Tenían un pasado juntos? ¡Eran tan asquerosos!
—¿Qué te hizo pensar que podías ayudarme con tus malvados métodos, Amanda? Te recuerdo que soy Klay Carver, nunca podrás sostenerme en tus sucias manitos.
—Vamos, Klay. Sabes que soy tu única aliada en esta casa. Una vez que Kelly descubra lo que has estado planeando todo este tiempo… te dejará.
Al oír eso, mi frente se arrugó. ¿Estaba planeando algo?
Rápidamente me escondí y apoyé mi espalda contra la pared. Agarré con fuerza los documentos en mis manos mientras apretaba mis labios, absteniéndome de atacar a las dos personas que estaban dentro y que tenían planes perversos desde el principio.
Klay... confié en ti.
—¡Cállate, perra! —exclamó él—. Atrévete a intervenir en mi relación con Kelly y no lo pensaré dos veces para dispararte entre los ojos. Me conoces, no amenazo en vano.
Contuve el aliento. Por supuesto, él podría hacer eso, pues corría sangre mafiosa en sus venas después de todo.
—¿Por qué te pones así sólo por esa mujer, Klay? ¿De verdad te enamoraste de ella? ¿Estás loco? Ella no es más que una mujer común y corriente, mientras que yo puedo darte todo. ¡Puedo soportar tus fetiches! Puedo satisfacerte. ¿Por qué conformarse con una mujer que ya fue c*gida por otro hombre...?
Escuché a Amanda gemir al tiempo que sus palabras fueron interrumpidas. No sabía qué estaba pasando, pero lo que escuché despertó el miedo en mi corazón.
—Mira quién habla —dijo Klay diabólicamente—. ¿Crees que eres mejor que ella? ¿Sabes por qué me gusta? Porque ella no es como tú. Escucha, Amanda. No volveré contigo, no me importa si derramas sangre aquí, no volveremos. La única razón por la que todavía estás aquí es para ayudarme a ejecutar mis planes. ¿Entendiste?
Escuché a Amanda toser y luego pasos que se acercaban a mí. Quise correr pero no pude. Me temblaban las piernas, tanto del miedo como del dolor y la desilusión que sentía. ¿Por qué confié siquiera en él?
—¿Qué pasará si le digo que estás robando toda la riqueza de su padre? ¿Y si le digo que tú eres la razón por la que la empresa de su padre quebró? ¿Eh? ¿Qué vas a hacer? ¿Me matarás? ¡Jajaja! Esa es la razón por la que puse su dinero del banco e incluso esta casa a mi nombre, Klay, para tener algo que pueda mantenerme con vida. Ahora sé que no podrás matarme gracias a estos bienes —explicó ella—. Solo estoy usando mi cerebro, a diferencia de ti, que eres tan tonto como para dejar que tus estúpidos sentimientos te controlen.
En ese momento, no pude escuchar la voz de Klay y fue entonces cuando entendí todo. ¿Así que todo esto fue obra de su plan? Por eso mi papá me advirtió, por eso se enfadó tanto cuando nos descubrió a Klay y a mí besándonos. Por eso me rogó que huyera hasta el punto de llorar en mis brazos.
No fue sólo por Amanda. Klay también estaba involucrado en esto y eso era más que doloroso. Confié en otro traidor. Lo dejé entrar a mi vida, le entregué mi corazón, me enamoré ciegamente de él. ¿Cómo pude ser tan estúpida?
—Tus planes no irán tan bien sin mí, Klay. Necesitas mi ayuda, admítelo —dijo Amanda.
Apreté los puños y me obligué a calmarme. Debía irme, ya había tenido suficiente de este estúpido juego. Pero justo cuando estaba a punto de correr por mi vida, Klay salió de la habitación y sus ojos se posaron en mí.
Al instante, me estremecí, asustada, pero no dejaría que viera mis miedos. Sus ojos agudos inmediatamente se suavizaron y la preocupación parpadeó en ellos después de darse cuenta de que escuché todo de lo que dijeron en la habitación.
—Kelly…
En ese momento, forcé una sonrisa amarga mientras las lágrimas se acumulaban en el rabillo de mis ojos. —Me sorprendiste.
Klay sacudió la cabeza y trató de tocarme, pero di un paso atrás y lo miré con desprecio.
—Kelly, escúchame. Puedo explicarlo —afirmó.
De pronto, vi lágrimas en el rabillo de sus ojos, pero no sabía si todavía podía creerle. Él podía fingir fácilmente sus dichos, así que también podría hacer lo mismo con sus emociones.
—Pero esa es la verdad… —continuó diciendo lentamente como si perdiera las fuerzas.
Di otro paso hacia atrás y sentí la barandilla de la escalera detrás de mí. El miedo cruzó por los ojos de Klay al ver aquello.
No pude evitar reírme sarcásticamente. —No te preocupes, no me suicidaré por un falso amor —comenté.
—Kelly... cariño...
—Conoces mi pasado y cómo me hizo pedazos, Klay. Sabes cuánto sufrí, pero tú lograste alejar mis miedos al mostrarme cuánto te preocupabas por mí. Confié en ti sólo para descubrir que todo era parte de tus planes. ¿Fue divertido engañarme? —inquirí.
Él sacudió la cabeza. —No te engañé...
—Lo hiciste —lo interrumpí—. Me engañaste y muy bien.
Sacudió la cabeza nuevamente y me sorprendió cuando se arrodilló frente a mí. Un segundo después, levantó la cara y cuando miré a sus oscuros orbes, vi lágrimas y miedo en ellos.
—Déjame explicarte, Kelly. Por favor… dame otra oportunidad.
Sin embargo, apreté los dientes y, enojada, me quité el anillo de compromiso de mi dedo. Junto con nuestros hermosos recuerdos, con el dolor y con mi amor por él, lancé el anillo sobre su pecho con el odio reflejado en mis ojos.
—El show terminó, Klay. Aquí es donde terminamos.
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