—Eso no es necesariamente cierto, Alicia. Después de todo este tiempo juntos, nuestra relación ha mejorado de forma considerable. Quiero decirte unas palabras sinceras.
Alicia apretó los labios, sabiendo más o menos lo que Valentín iba a decir.
—Alicia, eres joven. Al ir a la universidad, podrás disfrutar de una vida plena de amor libre y también conocerás a alguien que te guste. Cuando eso pase, te darás cuenta de que lo que piensas ahora es un poco infantil.
Alicia respondió con un ligero suspiro: —Lo sé, nos vemos la próxima vez.
Con algo de incomodidad, se subió al taxi, y en su mente apareció de repente la figura de Roberto.
Ahora, incluso Valentín ya se había dado cuenta de que le gustaba Roberto.
Qué vergüenza.
Parece que realmente necesita distraerse un poco y comenzar una nueva vida.
Alicia llegó entusiasmada a la casa que había comprado, ya estaba amueblada y equipada con electrodomésticos; solo necesitaba llevar sus pertenencias.
Por lo tanto, no le quedaba mucho tiempo para realizar las transmisiones.
Antes de finalizar la transmisión, Alicia notó que la cuenta de Roberto estaba fuera de línea.
Se sintió algo desanimada por esto. De repente, sin Roberto a su lado, se dio cuenta de lo mucho que se había acostumbrado a su valiosa presencia.
Era cierto, los hábitos son algo realmente aterrador.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: Sin Reconciliación, me Casé con un Magnate