Christian pensó que Sigrid no había escuchado el comentario que le dirigió a George, ya que lo había dicho en voz muy baja, pero nada más lejos de la verdad.
Sigrid se enderezó y se volvió para mirar fijamente a su primo.
Este se sorprendió. ¡La audición de Sigrid eran tan fina como la de un murciélago!
Jonason miró de soslayo a su hermano. ¡Qué id*ota era! ¿Estaba animando a George a engañar a Sigrid? ¿Y él se hacía llamar su primo?
"Era solo una broma, una broma y nada más...", se obligó a decir Christian con una risita incómoda.
Aunque George no miró a Sigrid, sabía que ella estaría muy celosa después de la indiscreción de su primo. Por lo tanto, se quedó callado un momento antes de preguntar: "¿Hay trajes de baño extra?"
"Por supuesto". Christian señaló a los invitados a su alrededor y dijo: "He preparado trajes de baño para todos. Pueden ir al tocador y ver si hay algo que les guste".
"¿Quieres echar un vistazo?", preguntó George inclinándose hacia Sigrid.
Ella quedó desconcertada. ¿Qué pretendía George con eso? ¿De verdad estaría dispuesto a ligar con otras chicas con ella tan cerca?
Decidió que le daría una lección en cuanto llegaran a casa.
Sin responder, ella le lanzó una mirada de advertencia.
Pero al momento siguiente, George se puso de pie y anunció resueltamente: "Me voy a cambiar".
Enseguida se dirigió hacia el vestuario que estaba al otro lado.
"Parece que tu matrimonio no es tan armonioso como pensaba", dijo Loris con la más amplia de las sonrisas.
Sigrid rechinó los dientes. "Sí, tenemos nuestros momentos. Después de todo, mi resistencia no está a la altura de las expectativas de George. ¡Parece que nunca está satisfecho!"
Loris se quedó con la boca abierta, sin poder dar crédito a lo que estaba oyendo.
Jonason y Christian simplemente los observaron discretamente.
Entonces Sigrid se levantó y siguió a George.
Pero, con su alta estatura y largas piernas, si él no disminuía la velocidad intencionalmente, Sigrid no tenía forma de alcanzarlo. Deseaba llamarlo y pedirle que redujera la velocidad, pero tenía miedo de atraer la atención de los demás, algo que la avergonzaría y además, le daría a George la satisfacción de verla celosa en público.
George entró en el baño de los caballeros situado a la izquierda, y después de vacilar un momento, ella entró en el de las damas, a la derecha.
Nada más entrar, vio varias filas de trajes de baño. Para su sorpresa, Natasha White también estaba allí.
Al verla, Natasha asintió con una sonrisa antes de volverse para seguir examinando los trajes de baño.
Sigrid le devolvió la sonrisa. Sin embargo, todavía no se decidía en elegir uno.
En el primer estante había trajes de baño de una pieza. En el segundo, bañadores de dos piezas que todavía eran bastante decentes. Por último, el tercer estante solo contenía bikinis.
Ella se demoró un poco en el segundo estante, antes de dirigirse a los bikinis. A regañadientes, eligió uno que cubría un poco más.
En ese momento, la puerta del tocador se abrió. Loris entró y vio el traje de baño que tenía Sigrid en la mano. Ella se burló y dijo: "Sigrid, no quiero ser ofensiva, pero eres demasiado delgada y tu busto es muy pequeño. ¡Ese bikini no sería adecuado para ti!".
Sigrid quedó estupefacta. ¿Loris acababa de decirle que no tenía s*nos? ¿No estaría hablando con otra persona?
La mujer dio un paso adelante con decisión y eligió un bikini rojo. Orgullosa de haber elegido un bañador tan llamativo, pasó junto a Sigrid con arrogancia.
Se moría por ver su cara cuando llamara la atención de George con su bikini. La pequeña p*rra podría tener una cara hermosa, ¡pero su cuerpo era tan plano como una tabla!
La verdad era que Sigrid no le dio demasiada importancia a sus palabras. Por supuesto, desconocía el tamaño real del busto de Loris. Al ver que la muchacha se mostraba tan alterada, Sigrid se preguntó si había dado en el clavo sin darse cuenta...
Entonces se acercó para sostener el brazo de George y le dijo: "¡Vamos!".
"No hasta que te cambies", insistió él, entrecerrando los ojos y clavando la mirada en su pecho. "Es inapropiado que uses eso".
"¿Qué pasa? Si tú puedes hacerlo, ¿por qué yo no? Después de todo, llevo bien cubiertas mis partes íntimas. A diferencia de ti, que tienes los p*zones a la vista!", exclamó Sigrid descontenta.
Ella tenía razón, y él no podía refutarla.
Al final, George no logró persuadirla, por lo que regresaron a la piscina tomados de la mano.
Christian, que había estado disfrutando tranquilamente de su bebida, silbó cuando vio que los dos se acercaban. "¿Ambos están tratando de ligar con alguien más?", preguntó.
"¡No!", exclamó Sigrid con fuerza y miró a George. Si este se atrevía a intentar algo, ya vería cuando regresaran a casa.
¡Tenía preparada una lista completa de castigos!
George se sentó junto a ella, la rodeó con su brazo y le susurró al oído: "¿Por qué estás tan celosa?".
"¡Tú eres a quien le gusta estar celoso!" Sigrid lo miró con agravio. A él se le permitía hacer cosas como estas, ¡pero se ponía celoso cuando ella quería hacer lo mismo!
La mirada de George descendió hasta su pecho y dijo amenazadoramente: "No pienses en levantarte de la cama mañana".
"¡No te tengo miedo!" Sigrid levantó la barbilla con una mirada provocativa en su rostro.
Parecía que no había tenido suficiente la noche anterior. ¡Él se aseguraría de que al día siguiente, ella no se levantara de la cama excepto para comer!
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