Amor, Dulce Amor romance Capítulo 104

Desde el comienzo de su relación, Edward había hecho todo lo posible para satisfacerla, y ella fnalmente se había ido metiendo poco a poco en él. Sin embargo, su primer beso fue un desastre.

Ya para la época en que se conocieron, él tenía mala salud. Padecía mal aliento y siempre trataba de mantener la distancia cuando hablaba con ella. Sin embargo, en una ocasión había sido demasiado impulsivo y la besó sin previo aviso. Este incidente había sacudido a Sigrid hasta la médula.

Aunque se había ocupado de su salud después de aquel suceso, y ya no tenía mal aliento, Sigrid todavía se mostraba renuente a besarlo.

Este hecho condujo a su aventura posterior con Rebecca.

Pensar en su relación con Sigrid, y luego en que ella se enamorara de George en tan poco tiempo, hizo que Edward se enfadara mucho.

¡La autoestima de un hombre no debía compararse con la de otro!

Sigrid se quedó en el lugar de la filmación durante toda la tarde. Después de pedirle un autógrafo al actor principal, a quien Rachel adoraba, calculó que podría quedarse unos cuarenta minutos más, y fue a despedirse de Rebecca.

Cuando el conductor la trajo de vuelta al Grupo Toland, casualmente George estaba saliendo. Por lo tanto, los dos fueron a cenar temprano para evitar la hora pico.

Ya en la noche, al llegar a casa, Sigrid sintió que su dormitorio era el lugar más relajante. Aunque el salón de la oficina de George estaba muy bien decorado, no estaba acostumbrada a estar allí.

Estaba demasiado cansada estos días, así que decidió recompensarse esa noche con un buen descanso. Tenía la intención de darse un largo baño antes de acostarse, por lo que le pidió a Alisa que preparara el agua de la bañera.

Sigrid sacó la leche del refrigerador y decidió disfrutar de un buen vaso mientras se bañaba.

Llegó al baño, puso a un lado el cartón de leche y el vaso, se quitó la ropa y la tiró en el cesto de la ropa sucia, antes de sumergirse cuidadosamente en la bañera.

Esta vez, Alisa le había preparado un baño de burbujas. Había una capa de ellas sobre la bañera. Se ató el cabello en un moño para evitar que se le mojara y dejó que las burbujas la cubrieran suavemente.

Entonces, Sigrid de repente pensó en algo. Cogió su móvil y se tomó una selfie.

En la imagen, las burbujas cubrían todo su cuerpo, mientras que solo sus brazos y su cabeza estaban expuestos. Compartió la selfie con Rachel.

Rachel respondió rápidamente.

"¿Un baño de burbujas? Wow, debes estar pasando el mejor momento de tu vida. Tienes que invitarme la próxima vez que tomes un baño de burbujas".

Sigrid envió un mensaje de voz y dijo: "Claro que lo haré. Esta bañera es demasiado grande de todos modos. Es un poco deprimente bañarse sola en una bañera tan enorme".

Rachel envió rápidamente un mensaje de voz en respuesta. "No estarás sola por mucho tiempo. ¡Tu esposo vendrá a acompañarte en cualquier momento!"

El rostro de Sigrid dejó traslucir su confusión. No entendió qué tenía que ver esto con George.

Justo cuando estaba reflexionando sobre la cuestión, la puerta del baño se abrió.

Miró hacia allí y vio que George se estaba quitando la ropa mientras caminaba hacia ella.

Aunque ya se habían duchado juntos antes y se habían visto desnudos, Sigrid todavía no podía evitar sentirse tímida.

"Espera, ¿por qué te quitaste la ropa?", le preguntó ella. Por otro lado, pensó que era una pena que Rachel no se convirtiera en adivina.

"¿Acaso no te sientes sola? Te acompañaré", respondió George, sus ojos brillaban con una mirada juguetona.

En ese momento Sigrid se percató de que algo extraño sucedía. Ella pensó que Rachel simplemente había acertado, pero entonces se dio cuenta de que apenas acababa de hablar con ella sobre sentirse sola y, al segundo siguiente, George irrumpió de repente.

¿Fue... Rachel quien se lo dijo?

¡Todo era mentira! ¡No existían tales cosas como el ascetismo!

Después de que George la restregó a fondo y le quitó la espuma del cuerpo, tomó su ropa y le puso cada prenda una por una.

Era la primera vez que alguien la trataba así, y lo que Sigrid menos imaginaba era que lo haría un hombre. Aquello hizo que se sintiera incómoda. Cuando él se agachó para ayudarla a ponerse los pantalones, temió que George mirara hacia arriba y viera algo...

Sus mejillas enrojecieron de vergüenza. Una vez vestida volvió corriendo a la habitación, agarrando una almohada para cubrirse la cara, decidida a no quitársela.

Sin embargo, en cuanto George regresó la tomó en sus brazos y le dijo: "Te di tres días para que te prepararas, y ya han pasado esos tres días. ¿Cuál quieres usar esta noche?".

Sigrid estaba estupefacta. Al principio, ella no entendió lo que él había querido decir, hasta que lo vio levantando su almohada y tres filas con seis cajas pequeñas alineadas aparecieron ante su vista.

Sigrid finalmente entendió de qué estaba hablando, cuando vio que eran preservativos.

Rápidamente agitó la cabeza y quiso negarse, pero él volvió a hablar: "Si no eliges, usaré el primero".

Sigrid lo miró con una expresión indignada. "Todavía no estoy lista. Todavía no me gustas lo suficiente".

"Sé que te gusto", afirmó él, frotándole el cuello. Luego añadió: "Tú eres la que está confundida".

Sigrid se quedó sin palabras, mientras se preguntaba: '¿Por qué este hombre es tan narcisista? ¿Por qué está tan seguro de que siento algo por él? Aunque me gusta, ¡es solo un poco!'.

George extrajo la caja de la esquina superior izquierda y volvió a guardar el resto. Abrió la caja y leyó cuidadosamente la descripción en ella.

Era suave y delgado. Estas palabras clave lo tranquilizaron.

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