Vuelve a casarse: Su ex esposa multimillonaria romance Capítulo 46

Aritz le lanzó una mirada indiferente a Guadalupe, que estaba parada al lado de la señora Aranda.

Al escuchar a Marcos, Rebeca dijo rápidamente: "Señores Aranda, hablemos de eso adentro".

Olivia no pudo evitar gritar: "¡Mamá!".

La familia Aranda era amenazante, y era obvio que llegaron para saldar viejas cuentas.

Olivia volteó a ver Guadalupe, pero inesperadamente, se encontró con que ella también la estaba mirando, la incomodidad de Olivia hizo que se pusiera rígida y se sintiera culpable.

"¡Qué demonios! ¿Cómo podía sentirse culpable viendo a Guadalupe?".

Rebeca miró a Olivia y sacudió la cabeza, sugiriendo mejor guardara silencio.

Rebeca era una mujer tan inteligente que se dio cuenta fácilmente que un ataque de ira fue lo que condujo a los padres de Guadalupe hasta ahí.

Entraron en su casa. Rebeca le pidió a un sirviente que preparara café, pero, Marcos lo rechazó de inmediato. "No necesitamos café, señora Ávila. Hemos venido por nuestra hija. Las formalidades están de más. Después de todo, incluso si no somos enemigos, no hay manera de que sigamos siendo amigos".

Marcos sonó muy serio. Ambas familiar eran influyentes. La familia Ávila era la cabeza de cuatro grandes familias en Los Ángeles. Y la familia Aranda era la más adinerada de Nueva York. Sin embargo, en comparación, la familia Aranda era un poco mejor.

Como dama rica y con mucho tiempo libre, Olivia había escuchado sobre el hombre más rico de Nueva York, pero no lo había visto personalmente.

Olivia pensaba que las palabras de Marcos fueron graciosas.

Justo cuando estaba a punto de reírse a carcajadas, Olivia notó que Aritz la observaba. Cuando volteó para ver a su hermano a la cara, la sonrisa en su rostro se congeló.

Rebeca forzó una sonrisa y dijo: "Está bien, señor Aranda, señora Aranda y Guadalupe, esperen un momento. Llamaré a Rodrigo para que baje".

Rebeca miró a Aritz y dijo: "Cuídalos".

Aritz asintió.

Hace veinte años, Marcos y Rodrigo se habían visto un par de veces. Aunque no eran cercanos podían reconocerse si se encontraban.

Rodrigo llegó a pensar que Guadalupe contrató a alguien para interpretar a su padre, pero no creía que Guadalupe fuera la hija de Marcos.

El corazón de Rodrigo estaba agitado, pero como un hombre sofisticado, no podía demostrar ninguna emoción en su rostro, "señor Aranda, señora Aranda, me alegro de verlos. Hace mucho que no nos vemos".

Rodrigo sonrió, pero Marcos no. "Hola, señor Ávila".

Rodrigo parecía no estar al tanto de la actitud de Marcos. Levantó su muleta y golpeó a Aritz suavemente. "Hijo, ¿qué estás esperando? Estos son tus ex suegros. Date prisa y tráeles una taza de café".

"Señor Ávila, no merecemos ese trato. Estoy aquí solo para aclarar algo sobre mi hija. No queremos café y podemos permitírnoslo nosotros mismos. Lamento molestarlo, pero espero entiendan que amo a mi hija, así que iré directo al grano".

Marcos colocó la maleta de 19 pulgadas sobre la mesa. "Esta caja de oro vale al menos dos millones de dólares. Es suficiente para cubrir todos los gastos que pudo generar Guadalupe en su familia durante tres años".

Al terminar Marcos de hablar, abrió la maleta a la mitad y reveló que estaba llena de lingotes de reluciente oro.