Una curvy para el Alfa romance Capítulo 139

—Contrólate Alfa... o tu madre muere…—

—No se te ocurriría…— digo y siento como Connor grita en mi cabeza.

—Tu madre ha perdido todo poder de Luna, ¿crees que no lo hemos sentido? Por lo tanto, vas a ser exactamente lo que yo te diga, si quieres ver a tu mami viva. Y dile también eso a todo lo que te esperan afuera. Les vas a decir que me dejen salir, o acabo con ella— dice Antonio.

Yo me siento rugir y cierro mis puños... planeo todas las posibilidades que tengo de matarlo, pero en todas él jala el gatillo primero, y acaba con ella. La mirada de mi madre me dice que no caiga en esta amenaza... ¿Pero como dejarla? Y así hago.

Él va saliendo de espaldas arrastrando a mi madre.

—Lo siento Alfa en cuanto vi a la Luna... — dice Noemí con dolor.

—Lo sé... te entiendo—

—Ven tú también con nosotros, muchacha, y ustedes también— le dice a los hermanos.

—¿No pensarás que puedes contra todos nosotros?— dice Marina y él sonríe maliciosamente.

—¿Qué te hace creer que estoy solo?— de repente aparecen hombres con máscaras.

Se las quitan descaradamente y veo que son guerreros viejos, varios de la familia más importantes, muchos de los cuales estaban en ese desgraciado brunch donde insultaron a Tatiana. Todos toman posiciones cerca de Antonio. No hay como hacer, nos meteríamos en una pelea y mi madre moriría.

—Llévense a los hermanos a las mazmorras. A la chica también, así se reúne con su mate— dice Antonio y todos nos ponemos en guardia.

—De ninguna forma— dice Noemí colocándose frente a los hermanos.

—¿Van a poner pelea? Bueno, de todos modos.… nuestro plan ha cambiado muchachos, ya saben lo que tienen que hacer— dice Antonio y yo entro en pánico.

Todo es improvisado, no esperaban nada de esto y están actuando de forma desorganizada, por lo tanto, mucho más peligrosa y violenta. Y empiezan a dispararnos.

—¡Malditos!— grita Noemí que cuando le disparan en el pecho y en el hombro y cae en el suelo.

Marina ya está en el suelo con otra herida, a mí me rozan las balas, pero es obvio que no quieren herirme.

En poco tiempo tienen agarrada a a Noemí, y cuando van a tomar a los hermanos, ocurre algo impensado.

Alguien ataca desde atrás a unos de los hombres, se escucha un rugido fuerte, y se crea un pequeño alboroto el cual yo aprovecho. Voy directo a uno de los viejos guerreros y lo mato en el acto, voy al segundo mientras ellos comienzan a disparar.

Cuando llego veo que la casa de la manada está prácticamente tomada por guerreros viejos y de otras manadas.

Vamos al salón principal, y mientras vamos subiendo por las escaleras, cuando escucho una voz. Alguien viene corriendo desesperado.

—¡Padre! ¡Deja esta locura!— grita David y mi beta automáticamente alcanza a su padre y de repente escuchamos un disparo, y veo que David cae de espaldas, rodando por las escaleras. Uno de los guerreros le ha disparado directamente en el pecho a quema ropas como si fuera un salvaje.

—¡No! ¡No, mi hijo!— Grita Antonio sin poder creerlo.

—No tenía por qué haberse metido en donde no debía— dice una voz y cuando volteo… es mi padre.

—¿Cómo...? ¡Mi hijo!— grita Antonio conmocionado. David está tendido en el suelo, inmóvil.

—Nadie se va a interponer en nuestro camino. ¡Dame a mi hijo!— grita mi padre.

—¡Maldito, infeliz!— digo agobiado mientras me sujetan entre varios, yo lucho como loco, hasta que siento que me inyectan algo en el cuello. Mi mente desvaría y estoy mareado. Escucho a mi madre llorar y verme con terror.

Tatiana ¿Dónde estará? David, Noemí, Marina… todos atrapados. Ruego a la Luna que este no sea nuestro final, es lo último que pienso.

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