Meredith levantó la cabeza confundida. Había una pizca de desdén en sus ojos. "¿No es solo una perfumista?".
"Hmff". Felipe miró a Meredith con disgusto. "Eveline es Nell".
"¿Q-Qué?". Los ojos de Meredith se agrandaron porque no podía creerlo. "¿M-Madeline es esa perfumista? ¿Cómo es eso posible? ¿Cómo es posible que ella sepa mezclar fragancias…?".
Felipe la miró de reojo. "Ha sobrestimado sus capacidades".
"...".
Meredith se quedó con la mirada perdida al estar completamente estupefacta.
Ella pensó que había diseñado la trampa perfecta. Sin embargo, al final, ella fue la persona que cayó primero en la trampa.
Madeline era Nell la perfumista, lo que significaba que en esos tres años en los que Jeremy sufría de insomnio, dependía del kit de aromaterapia de Madeline para dormir.
Ella no esperaba que Jeremy y Madeline tuvieran ese tipo de conexión tan misteriosa e inexorable.
Meredith se mordió el labio descontento. Entonces, escuchó la advertencia de Felipe que venía desde arriba de ella. "Deja de provocar a Eveline. Si esto vuelve a suceder, te haré probar a ti también cómo se siente estar ciega".
"...".
Las pupilas de Meredith se contrajeron, y pudo sentir un escalofrío viajar desde la planta de sus pies al resto de su cuerpo.
Después de que Felipe volviera a su estudio, empleó media hora en digerir todo lo que había sucedido en Glendale durante su ausencia. Sin embargo, todavía no podía aceptar que Madeline haya besado a Jeremy en el coche.
Al día siguiente, él salió de la casa temprano en la mañana y condujo hasta la Mansión Whitman.
Cuando entró en la casa, vio a Jeremy empujando al viejo amo fuera de su habitación despreocupadamente.
Los ojos de Felipe se oscurecieron mientras se acercaba con una risita. "Un ciego empujando a un lisiado. Qué interesante".
Jeremy escuchó eso y dejó de caminar. Entonces, el viejo amo miró enojado y vio a Felipe caminando hacia ellos con una sonrisa burlona.
Una mirada fría apareció en los ojos de Felipe después de escuchar eso. "Jeremy..." Él se detuvo y preguntó lentamente: "¿Estás seguro?".
Jeremy respondió sin dudarlo: "Estoy seguro. A menos que Linnie me diga ella misma que no quiere volver a verme nunca más".
Felipe se echó a reír. " Está bien, entonces haré que te rindas por completo. Haré que Eveline te lo diga", dijo él con seguridad. Entonces, cuando se dio la vuelta, se detuvo abruptamente y sintió que su corazón dio un vuelco.
Madeline estaba parada en silencio por la entrada de la casa.
Al ver la extraña expresión de Felipe, Jeremy giró la cara y vio a Madeline en la puerta.
Felipe no sabía cuánto había escuchado Madeline, pero por su rostro, sabía que ella había escuchado algo que podría ser perjudicial para él.
Aun así, Felipe sonrió y se acercó a ella. "Eveline, ¿por qué estás aquí?".
"Vengo a ver al Abuelo", respondió Madeline.
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