El Secreto de Mi Prometido romance Capítulo 287

Miguel y Carla, uno a la izquierda y otro a la derecha, con Luisa y Violeta en el centro, tomados de las manos, felices y en perfecta armonía.

Los dedos delicados y finos de Luisa acariciaron suavemente el cuadro, y su punta se detuvo en la posición de Violeta.

Casi de inmediato, Luisa sintió cómo sus ojos se llenaban de lágrimas.—Violeta... hermanita...

Una lágrima cayó.

¡Plaf!

Se regó por sobre el cuadro.

Este regalo fue el que Violeta le dio cuando Luisa regresó de Ciudad de la Esperanza.

En ese entonces, Luisa no le prestaba mucha atención a esa pequeña hermana tan pegajosa.

Sin embargo, la hermana no se distanció de ella por su actitud, sino que se volvió aún más apegada, más obediente y madura.

Su hermana era la niña más obediente, dulce y comprensiva del mundo.

Los ojos de Luisa se humedecieron, y sus párpados se enrojecieron.

Durante el día, en la familia Martínez, había hecho todo lo posible por controlar sus emociones. Ahora, en casa, ya no tenía por qué contenerlas.

Un dolor punzante en el corazón hacía que las lágrimas cayeran sin cesar, como cuentas de un collar roto.

Luisa se tapó la cara con las manos y bajó la cabeza, sollozando.—Violeta...

...

Carlos había hablado por teléfono con Valentina y descubrió que había sido utilizado, casi causando indirectamente la muerte de Luisa. Lleno de arrepentimiento, dolor y culpa, no dejaba de lamentarse para sí.

Llamó varias veces a Luisa, pero ella no atendió ninguna.

Carolina notó que él estaba abatido y trató de consolarlo, pero él la empujó bruscamente.

En la oficina de Carlos.

Carolina cayó al suelo, mirando fijamente una parte de este, con una chispa de frialdad en sus ojos.

Luisa, esto lo has provocado tú.

...

Esa noche, Carolina inició una transmisión en vivo en su cuenta de la plataforma de videos cortos.

Carolina solía subir videos de ella tocando el piano de vez en cuando, lo que le había hecho ganar muchos seguidores.

Cuando regresó al país, su cuenta ya tenía más de un millón de seguidores.

En los últimos tiempos, Carolina había conseguido aún más seguidores grabando videos sobre "mi dulce día a día con mi novio el presidente", lo que le trajo una gran ola de nuevos seguidores.

[Voy a demandar a mi cara por haberme dejado tan guapa!]

[Aunque el novio presidente nunca aparece, siento que debe ser muy galán, sólo con su espalda y sus manos me tiene enamorada. ¡Chica, te va de maravilla!]

[Qué dulce, qué feliz, ¡les deseo que dure para siempre!]

[¿Tal vez tu novio aún necesite una novia?]

Frases como estas no dejaban de llenar la sección de comentarios, y casi cada video sobre su vida amorosa o su vida de lujo recibía decenas de miles de "me gusta" y comentarios.

A Carolina le encantaba esa sensación de ser admirada. Cada vez que leía los comentarios, su vanidad quedaba enormemente satisfecha.

Gracias a este fenómeno de mostrar su relación con Carlos y su ostentación de riqueza, Carolina había superado los cinco millones de seguidores.

Esa noche, menos de cinco minutos después de empezar su transmisión en vivo, la audiencia en línea ya superaba las diez mil personas.

En la transmisión, Carolina, con su maquillaje perfecto, lloraba desconsolada.

Muchos espectadores comenzaron a preguntar por el motivo de su llanto.

Carolina mordió suavemente su labio inferior y, con una mirada inocente que pedía compasión, miró a la cámara.—Hola a todos, buenas noches. Últimamente he estado luchando mucho conmigo misma, porque mi relación con el señor Carlos ha tenido algunos inconvenientes...

—Entre nosotros, ha aparecido una tercera persona...

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