La otra parte respondió: —Señorita Luisa, estamos haciendo todo lo posible para encontrarlo, ¡y le informaremos tan pronto como tengamos alguna noticia!
...
Por la noche, Andrés había ido a recoger a Luisa después del trabajo y ambos habían ido a cenar juntos.
En un restaurante de alta cocina.
La música del piano era suave y relajante.
El vino tinto y el bistec eran de primera calidad, y las rosas y las velas creaban un ambiente romántico.
Sin embargo, Luisa estaba distraída; el bistec frente a ella se había enfriado y ni siquiera había tocado el cuchillo y el tenedor.
Andrés la miró con preocupación, —Luisita, ¿hay algo que te preocupa?
Luisa volvió en sí, levantó la mirada y respondió suavemente: —Hace un par de días acepté un caso, el cliente es un chico que acaba de cumplir diecinueve años, ambos padres han fallecido, y depende mutuamente de su hermana Leticia.
Ella suspiró, con una mirada triste, —Él dejó la escuela temprano para trabajar y pagar la escuela de Leticia, pero el destino jugó una cruel broma con él; a Leticia le diagnosticaron leucemia, Leticia tiene solo once años, y los doctores dicen que, si no encuentran un donante de médula ósea compatible, es posible que no sobreviva este invierno.
Andrés preguntó: —¿Han ofrecido una recompensa alta? En estas situaciones, una recompensa alta puede hacer encontrar rápidamente un donante compatible.
Luisa apretó la mano que tenía sobre la mesa y frunció el ceño, —Lo había pensado antes, pero tengo miedo de que cause problemas; si ofrecemos mucho dinero, podría darles a algunas personas malas ideas, ya sabes, esas personas en el mercado negro harían cualquier cosa por dinero.
Andrés tomó su mano suavemente y dijo con voz calmante: —Déjame encargarme de esto, te garantizo que encontraré la médula ósea adecuada sin lastimar al donante.
Luisa miró a Andrés con esperanza, —¿En serio?
—Sí.— Andrés acarició la mano de Luisa suavemente, —Confía en mí, Luisita, ¿por qué no comes algo ahora?
—Señor Andrés, tenemos una pista, estoy afuera ahora mismo, ¿puedo entrar a informar?
—Entra.
Jorge entró empujando la puerta, envuelto en un aire frío.
Andrés sirvió un vaso de agua tibia, se sentó en el sofá con el vaso en las manos, y con una mirada algo fría dijo, —Habla.
Jorge, con la cabeza baja y con cautela, alzó la mirada hacia Andrés, —La persona que secuestró a Alma está relacionada con Daniel Ruiz.
Al oír ese nombre, la mirada de Andrés se endureció, —¿Daniel?
Jorge, aterrorizado, asintió con un "sí".
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