El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 709

Ángeles aún no había expresado su altivez cuando un cuchillo pequeño y exquisito silbó hacia Emiliano. Si Emiliano no se hubiese apartado a tiempo, ¡el cuchillo ciertamente le habría perforado su ojo!

Aun así, la hoja rasgó el lado del rostro de Emiliano, dejando un ligero rastro de sangre.

El autor del lanzamiento fue precisamente Vicente.

Vicente pasó la fruta pelada a Ángeles, quien tomó un bocado. El crujiente y dulce sabor de la manzana era algo exquisito, y la ira provocada por las insolentes palabras de Emiliano se disipó poco a poco con ella.

Ángeles se acomodó en una silla de descanso, decidiendo ignorar a Emiliano.

Emiliano, habiendo estado a punto de ser alcanzado por ese cuchillo, enseguida se contuvo; ya no se atrevió a hacer ruido, aunque solo él sabía lo que pensaba y cuánto resentimiento albergaba en su corazón.

A bordo del barco, Hugo preguntó en voz baja: —Vicente, ¿intervenimos?

Los planes anteriores de Emiliano, uno tras otro, habían sido suicidas. De cualquier manera, Vicente definitivamente no permitiría que tal persona siguiera con vida.

Pero ahora, en alta mar, había asuntos más urgentes que atender. Una vez resueltas las cuestiones con Emilio, entonces llegaría el momento adecuado de la muerte de Emiliano.

Vicente echó un vistazo casual; ni siquiera necesitaba hablar, Hugo entendió enseguida y respondió: —Entendido, Vicente, déjamelo a mí. Una vez que encontremos el lugar adecuado, te aseguro que Emiliano morirá en un santiamén.

Ángeles parpadeó, fingiendo no haber escuchado nada.

Fue entonces cuando el cielo, ya oscuro, pareció tornarse aún más negro. Nubes de tormenta se acumulaban sobre ellos, y de vez en cuando, ciertos rayos brillantes y fieros se deslizaban a través de las nubes.

Un miembro de la tripulación corrió desesperado hacia ellos y gritó: —¡Vicente, Ángeles, se aproxima una tormenta fuerte!

Así lo imaginaban todos, pero cuando el mar comenzó a agitarse con violencia y un remolino empezó a formarse a pocas millas marinas de distancia, esto fue completamente inesperado por todos.

El miembro de la tripulación que había hablado anteriormente ya estaba desaforado gritando a todo pulmón, su voz llevaba un matiz de pánico: —¡Pongan en marcha el barco, alejémonos pronto de aquí! ¡La fuerza de succión del remolino es demasiado grande, es demasiado peligroso si nos atrapa!

Ángeles miró asombrada a su alrededor, sintiendo una extraña certeza en su corazón.

En este profundo océano, completamente deshabitado, rara vez transitado por barcos de esta envergadura, este lugar parecía estar aislado del mundo exterior, con un campo magnético distinto.

Por alguna inexplicable razón, aunque Ángeles no sabía nada sobre este lugar, sentía una inconfundible certeza:

No podrían irse.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Regreso de la Heredera Coronada