El Regreso de la Heredera Coronada romance Capítulo 574

Juan entendió perfectamente y respondió: —Lo sé.

Del otro lado no se escuchó más sonido.

Cuando la llamada estaba a punto de finalizar, Juan habló con firmeza de nuevo: —Señor Ruiz, no olvide lo que prometimos, lo que me aseguró. No me defraude.

—Por supuesto que no lo haré.

La persona al otro lado sonrió, con un tono confuso: —Si no lograste aprovechar esa oportunidad tan buena en la selva, espero que esta vez no me decepciones.

Juan le respondió con las mismas palabras: —Por supuesto que no lo haré.

La llamada terminó.

Belén había escuchado todo el tiempo, sintiéndose profundamente inquieta: —Juan, no estarás pensando en matar a Vicente, ¿cierto?

—Sí.

Juan sonrió malicioso, acarició su cabello y explicó:

—Vicente había sido envenenado, quedó ciego y ahora estaba en coma. No podemos dejar pasar una oportunidad tan magnifica como esta.

—Si Vicente muere, solo quedará Lourdes en la familia Pérez. Ella confía mucho en mí, y además tuvimos un hijo juntos. Con ese fraternal lazo, la familia Pérez acabará siendo mía, tarde o temprano.

—Belén, sabes he esperado tanto por este día, no quiero esperar más.

Juan sonrió; en sus ojos se reflejaba claramente su ambición y malicia, decidido a obtener lo que deseaba.

El corazón de Belén latía a mil por hora. Contestó con firmeza: —¡Bien! Apoyaré todo lo que hagas.

—Perfecto.

Juan le pellizcó la mejilla, sonriendo de manera pícara mientras se acercaba más a ella: —Entonces, continuemos con nuestro amor, no vayas a ponerte celosa después.

—¡Ay, qué asqueroso!

—No es necesario. No vine a tomar café, el tiempo es bastante corto. Me faltan cuatro personas, ayúdame a encontrarlas lo antes posible.

Dicho esto, la figura encapuchada se levantó y se alejó.

Con el ligero movimiento de su cuerpo, la cadena de pequeñas campanas de cobre en su cintura de inmediato sonó, pero debido a que los cascabeles estaban bloqueados por algo en su interior, solo se escuchaba el sonido del choque entre los cascabeles.

Emiliano dejó la taza a un lado, giró la cabeza y miró pensativo hacia la ventana. Vio cómo la figura encapuchada se fundía con la profunda oscuridad de la noche y desaparecía con rapidez.

Emiliano sacudió la cabeza y tomó un papel que estaba sobre la mesa.

En él estaban escritos cuatro conjuntos de números diferentes: las fechas de nacimiento de cuatro personas distintas, precisas hasta el minuto.

Emiliano echó un vistazo rápido y luego lanzó despreocupado el papel a su subordinado, diciendo de manera indiferente: —De acuerdo con las fechas de nacimiento, encuentra a esas cuatro personas. No dejes pruebas de ello.

—Sí, señor.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Regreso de la Heredera Coronada