El efecto fue un éxito rotundo.
Todo esto se debió a las personas que ella había organizado, ¡quién habría pensado que esos miserables inútiles realmente lograrían hacerlo y, además, de una manera tan impresionante!
Esa noche, usaron una vil llamada de estafa para engañar a Marisela y sacarla, y luego implementaron el plan de Belén.
Para cargar por completo el crimen a la familia Castro, Belén incluso hizo que esos hombres editaran a la menor brevedad un mensaje de texto inacabado en el celular de Marisela.
El mensaje decía algo como —¿podría la familia Castro dejarla en paz?
Después, el celular de Marisela fue recuperado y el mensaje encontrado, reavivando de esta forma la opinión pública y encendiendo la furia de incontables personas.
¿Dónde está la ley, dónde está la justicia?
¿Cómo se atreve la familia Castro?
Como la manipuladora detrás del telón, Belén estaba muy satisfecha con la situación actual.
Según su plan original, había pensado en echarle directamente la culpa del crimen a Ángeles, pero luego pensó que sería más seguro cargarlo a esa falsa señorita de la familia Castro.
¡Después de todo, esa falsa señorita tenía antecedentes de asesinato!
En cuanto a Ángeles... dejaría que se regodeara por unos días, ya habría oportunidades de sobra de hacerla desaparecer.
Belén continuaba incitando a la opinión pública, pero su celular sonó de nuevo, era una inesperada llamada de ese grupo.
Belén no quería atender, pero aún necesitaba a esa gente, así que a regañadientes contestó el teléfono con impaciencia, —¿Qué sucede?
—Je,je,je, Belén, hemos hecho el trabajo, ¿qué te parece, lo hicimos bien? ¡Te garantizamos que no se encontrará ni un solo rastro, todo quedó resuelto muy limpiamente!
—No está mal, supongo que ustedes son algo útiles.
—Entonces Belén... tú prometiste dejarnos trabajar con el señor Vicente, ¿cuándo nos llevará a ver al señor Vicente a la casa Pérez para trabajar? ¡Prometemos hacerlo bien y no causar problemas para el señor Vicente ni para usted!
...
—¡Ya voy!
Los ojos de Belén se iluminaron de inmediato, se levantó de la cama rápidamente, se retocó el maquillaje frente al espejo, arregló su cabello y ropa, y con una sonrisa dulce en los labios, salió.
En la amplia área de recepción del primer piso, un candelabro de cristal iluminaba brillantemente todo el lugar.
Vicente estaba sentado preocupado en un sofá, sus largas pestañas ocultaban las emociones tumultuosas de sus ojos, su expresión era tan sombría y distante como siempre, con una intensa presión.
Frente a él había varias hojas de papel esparcidas de manera algo desordenada, llenas de infinidad de datos que Belén no podía entender.
Belén se ajustó un poco la falda y caminó cuidadosa hacia adelante, —Vicente.
—¿La persona fue asesinada por ti?
Vicente levantó ligeramente los párpados, sin ningún preámbulo, su pregunta fue directa y punzante.
Belén se sobresaltó internamente, sus manos se apretaron de manera inconsciente, su rostro mostraba una confusión e incomprensión total, —Vicente, ¿de qué hablas? ¿Cómo podría yo matar a alguien? No me asustes...
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