El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 388

Doña Sara agarró a Rosa por el brazo, —Rosa, ¿qué está pasando, dónde está El Invencible? ¿A dónde se llevó nuestro dinero?

Rosa, con una expresión de derrota, ya no mostraba su habitual orgullo, —Abuela... fui engañada, ese hombre no era El Invencible, se llama Pyrion, es un estafador, se ha fugado con nuestro dinero.

¿Qué?

Ana y María, pálidas como la muerte, agarraron a Rosa, —Rosa, ¿cómo pudiste ser engañada? ¿Sabes cuánto dinero invertimos esta vez? Ahora nuestra empresa también está hipotecada, nos has arruinado, ¡vamos a perderlo todo!

Alejandro dijo rápidamente, —Rosa, tienes que pensar en algo rápido.

Ricardo y Patricia estaban a punto de llorar, —Nuestro dinero también fue robado, ¿crees que no estamos desesperados? ¡Todos hemos sido engañados!

Doña Sara, con un ataque de ira, continuaba golpeándose los muslos, —¡Esto es el fin! ¡Todo ha terminado! ¿Qué vamos a hacer ahora?

Un funcionario del tribunal dijo, —Les pido que se retiren inmediatamente, no interfieran con nuestro trabajo.

Doña Sara intentó resistirse, —No me voy, esta es mi casa, he vivido aquí durante décadas, esto es el antiguo hogar de la familia Pérez, ¡a ver quién se atreve a tocarme hoy!

Un minuto después, doña Sara fue expulsada por dos empleados, y con ella también fueron expulsados los demás miembros de la familia Pérez.

Ana exclamó enojada, —¡No me toques, puedo irme por mí misma, suéltame!

Ella se soltó bruscamente de los empleados, y al soltarse, cayó al suelo, casi partiendose su trasero en dos.

...

Doña Sara se sentó en el suelo llorando, —¿Qué vamos a hacer?, ¿qué hemos hecho mal para tener tan mala suerte?

Los otros miembros de la familia Pérez permanecieron en silencio, aunque ayer todavía estaban celebrando victorias, hoy se encontraban en esta situación tan vergonzosa.

La voz baja y magnética de Alberto sonó, —¿Qué sucede?

—Alberto, ¿recuerdas a El Invencible? Resulta que él no era El Invencible, era un estafador.

Hubo un silencio del otro lado.

—Alberto, hemos invertido todos nuestros ahorros, y hoy vinieron de la corte y del banco para embargar nuestra empresa, incluso la casa de mis ancestros ha sido embargada, no nos queda nada, por favor, ayúdanos a encontrar a ese falso El Invencible y recuperar nuestros ahorros.

Alberto guardó silencio unos segundos antes de responder, —Hace tiempo te advertí que no parecía de fiar, ustedes no debieron haberse dejado llevar por la esperanza, y ahora resulta que había problemas.

—Yo no he podido contactar con El Invencible en absoluto, venir a mí no sirve de nada, cuanto más tiempo pase, menos probabilidad habrá de recuperar su dinero, así que mejor busquen a la persona adecuada.

Ana, —¿La persona adecuada? ¿A quién deberíamos buscar?

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