El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 373

Camila se quedó atónita por un momento, llevaba un pasador en el cabello, un regalo de su tía.

Miraena se rió y dijo: —Llevas un pasador de Chanel que cuesta seis mil dólares como si fuera insignificante, pero Héctor tendría que trabajar mucho tiempo para ganar ese dinero. ¿Crees que son compatibles?

Camila, con las manos en la cintura, respondió: —Lo que nos convenga o no, no es asunto tuyo. De todos modos, tú y Héctor no son compatibles.

Miraena, enfadada, exclamó: —¡Tú!

En ese momento, Héctor intervino: —No quiero volver a verte. No me obligues a decírtelo por tercera vez.

Miraena sentía tanto amor como miedo por Héctor, y ahora, bajo su mirada fría y sombría, sintió un escalofrío.

—Héctor, solo espero verte a ti y a Camila terminar mal.

Después de decir eso, Miraena se marchó con su grupo.

Camila entonces le advirtió a Héctor: —Miraena finalmente se ha ido, Héctor, no caigas en su trampa, no empieces una relación con ella; te denigrará.

Héctor miró a Camila y preguntó: —¿Qué me ha insultado?

Camila, queriendo proteger su autoestima, lo expresó de manera sutil: —Ella mencionó tu situación familiar.

Héctor ya lo sabía; después de todo, su trasfondo familiar no era un secreto y no le importaba lo que otros dijeran.

Héctor observó los brillantes y hermosos ojos de Camila: —¿Así que te enfrentaste a ella porque te insultó?

Camila asintió: —¡Sí!

En ese momento, Héctor avanzó un paso con sus largas piernas y preguntó: —¿También te gusto?

Héctor preguntó, ¿también te gusto?

Thump, thump.

El corazón de Camila comenzó a latir más rápido de repente. Nunca había sentido esto antes; su corazón fuera de control, su rostro enrojecido.

¿Puedes ser mi novio?

Héctor sacudió la cabeza: —No puede ser.

Camila se quedó perpleja.

Héctor, sin expresión, añadió: —No malgastes tu tiempo conmigo en el futuro; no me gustas.

Dicho esto, Héctor se fue.

Camila se quedó paralizada. ¿Él dijo que no le gustaba?

Entonces, ¿por qué preguntó?

Camila observó la espalda de Héctor alejándose, fría y distante, y frustrada, golpeó el suelo con el pie: —¿Por qué no le gusto?

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El CEO se Entera de Mis Mentiras