María y Rosa vieron a Ana presionada contra el suelo, lo que les causó un gran susto y rápidamente se acercaron para intentar rescatarla. —¡Suelten a Anita de inmediato!
—Esta es la tercera advertencia, ¡los vamos a expulsar!
Entonces, Ana, Rosa y María fueron expulsadas de la Villa del Lago. Con un —golpe—, la puerta de la Villa del Lago se cerró frente a ellas.
Ana: —...
Rosa: —
María: —...
Nunca habían sufrido tal humillación, especialmente Ana, quien siempre había sido tratada como una invitada de honor en cualquier lugar que visitara con Alberto. Nunca había sido tratada con tanto desdén y arrojada afuera. Definitivamente, era la primera vez.
Rosa también se enfureció. —¡Todo por culpa de Raquel! Ana, ¿qué está pasando exactamente? Raquel ahora conduce autos de lujo, vive en mansiones y, encima, nos echa, ¡Está loca!
Ana apretó los puños. —¿Qué tiene de especial Raquel? Alberto no la quiere, se divorció de ella y le dio una enorme suma de dinero como compensación.
María, envidiosa, miraba hacia el interior del apartamento. —Anita, Rosita, no se preocupen, por más dinero que Alberto le haya dado, Raquel lo gastará todo. Solo es una ama de casa sin empleo, ya verán cómo se las arregla cuando se le acabe el dinero.
Estas palabras calmaron un poco la ira de Ana y Rosa.
En ese momento, Rosa dijo: —Ana, realmente deberías averiguar cuánto dinero le dio el presidente Alberto a Raquel en el divorcio.
Ana pensó que seguramente fueron treinta millones de dólares, dado el patrimonio de Alberto, sacar treinta millones de dólares era algo fácil para él.
Antes no tenía curiosidad, pero ahora sí.
—Encontraré la manera de averiguarlo.
En ese momento sonó el tono melodioso de un celular, Rosa recibió una llamada.
Rosa mostró una sonrisa de inmediato, porque era su novio El Invencible quien llamaba.
Rosa presionó el botón para contestar, y del otro lado, El Invencible dijo algo que hizo que Rosa saltara de alegría. —¡Qué maravilla! ¡Realmente fantástico!
Ana preguntó: —Rosa, ¿qué buenas noticias trajo El Invencible?
Era de Luis.
El contenido del mensaje de Luis era, —Raquelita, mañana te llevaré a pasear por el supermercado.
Raquel aceptó, —Está bien.
Después de bañarse, Raquel se levantó, ordenó un poco la casa y luego salió con una bolsa de basura.
Iba a bajar a tirar la basura.
Pero justo al salir, Raquel vio a una figura alta y atractiva, era Alberto.
Alberto también salía en ese momento, los vecinos se encontraron.
Raquel sintió que no necesitaban saludarse ni hacerse reconocer cuando se encontraban. Era mejor fingir que no se conocían.
Raquel se giró y se marchó.
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