El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 336

Raquel asintió con la cabeza. —Es cierto, llevo más de tres años casada. Mi esposo, al darse cuenta de que no estamos, seguramente ya nos está buscando. Mi esposo debería encontrarme pronto. Raúl nos salvó, y mi esposo sin duda le agradecerá enormemente cuando llegue.

Raquel dijo esto de forma intencionada. Ahora, ella y Carlos, gravemente herido, se encontraban allí. Este Raúl la observaba con una mirada lasciva, por lo que ella tenía que mantenerse alerta.

Sin embargo, Carlos no estaba de acuerdo con la actitud de Raquel. En su opinión, ella ya se había divorciado de Alberto y ahora decía esas cosas, su descaro era insoportable.

Carlos intentó hablar, pero Raquel lo detuvo con una mirada fulminante. —¡Cállate!

Mientras decía esto, Raquel presionó su mano sobre la herida de Carlos. —¿Por qué no te mueres de dolor?

—¡Ah, duele! —Carlos gritó de dolor, con sudor frío apareciendo en su frente—. Raquel, ¿me crees que te mato?

En ese momento, el médico del pueblo intervino: —La herida en la pierna del paciente es demasiado grave. Solo puedo detener el sangrado por ahora. Mañana lo llevaremos a la ciudad para un tratamiento más adecuado.

Raquel negó con la cabeza. —Es tarde, su pierna tiene que ser tratada esta noche.

El médico del pueblo preguntó: —¿Qué tratamiento?

Raquel respondió con una sola palabra: —Cortar el hueso.

¿Qué?

¿Cortar el hueso?

Carlos se quedó en shock mirando a Raquel. —¿Raquel, vas a cortarme el hueso? ¿Vas a destrozar mi pierna?

Raquel lo miró y esbozó una fría sonrisa. —¡Exactamente!

Luego, mirando al médico del pueblo, Raquel le indicó: —Doctor, ayúdame a sujetarlo. Lo haré ahora mismo.

El médico del pueblo, siguiendo las instrucciones de Raquel, sujetó rápidamente las piernas de Carlos.

Carlos comenzó a temblar de miedo y empezó a forcejear. —¡Suéltame! ¡Raquel, te atreves! ¡Si tocas mi pierna, estarás muerta!

La pierna de Carlos estaba gravemente herida, y aunque luchó con todas sus fuerzas, no pudo liberarse del agarre del médico del pueblo. Solo pudo mirar impotente cómo Raquel se acercaba a él.

El médico explicó rápidamente: —Te has equivocado con esta joven. Ella no intentaba hacerte daño. Al contrario, está tratando de salvarte la pierna. Estaba tan gravemente herida que era muy probable que no pudieras salvarla. Pero esta joven tiene habilidades increíbles. Logró hacer que tu hueso se recuperara. ¡Tu pierna se salvará!

Carlos se quedó atónito.

¿Raquel lo había salvado?

El médico continuó: —Deberías darle las gracias. Ella es la que te ha salvado la pierna.

Carlos miró a Raquel. Él sabía que ella era una chica prodigiosa, pero ¿no sabía que también tenía habilidades médicas?

¿Ella sabía medicina?

En ese momento, Carlos comenzó a sentirse culpable por todas las cosas horribles que le había dicho antes.

Finalmente habló: —Raquel...

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