En este cumpleaños, Nahia invitó a varios periodistas de los medios. Ahora ella estaba en su mejor momento, y estos periodistas, que reconocían su fama, asistieron, dándole mucho respeto.
Originalmente, Nahia pensaba aprovechar esta oportunidad para dar un paso más en su carrera, pero de repente, Fermín apareció con una bomba informativa.
El ambiente estalló de inmediato. Los periodistas comenzaron a sacar sus cámaras y a disparar fotos de manera descontrolada. —Nahia, ¡¿realmente tienes novio?!
—¿Entonces tú entraste a la universidad gracias a tu novio trabajando en la construcción?
—¿Acaso todo tu personaje de la pequeña doncella pura es una mentira para engañar a tus seguidores y al público?
Nahia no podía creer lo que estaba pasando. La situación se estaba descontrolando. Alarmada, dijo: —¡No me filmen! ¡No me filmen!
Fue entonces cuando, sin querer, miró hacia el segundo piso. Allí, en la barandilla tallada, se encontraba Alberto, de pie, observando con una postura orgullosa.
Alberto estaba allí. Él se había presentado y ahora lo veía todo desde lo alto.
El rostro de Nahia se descompuso al instante. Esto era un desastre, Alberto ya sabía que tenía novio. No podía permitir que Alberto descubriera toda la verdad.
—¡Esto se terminó aquí! El cumpleaños se acaba ahora mismo —dijo Nahia, girándose para irse.
Ya no quería celebrar su cumpleaños, quería irse de allí.
Pero Fermín la detuvo, tomándola del brazo. —Nahia, ¿adónde vas?
—¡Suéltame!
—Nahia, ¿cuánto más piensas ocultarme lo de tu embarazo?
¿Qué?
Nahia se paralizó. ¿Cómo sabía Fermín que estaba embarazada?
—¿Qué... qué estás diciendo? No entiendo...
Fermín sacó algo de su bolsillo. —Este es el informe de embarazo del hospital. Nahia, ¿vas a seguir negándolo?
Nahia había ido al hospital unos días antes, pero ¿cómo pudo Fermín obtener su informe de embarazo?
¡Esto está arruinado!
Todo estaba arruinado.
Nahia no necesitaba mirar hacia arriba para saber que Alberto la observaba, viéndola desde el segundo piso, juzgándola con una mirada que no dejaba espacio para la duda. Ella estaba desesperada, sintiendo cómo su mentira era desvelada.
Con los puños apretados, Nahia le suplicó a Fermín: —¡Por favor, Fermín, no sigas! ¡Te lo ruego, no sigas!
Fermín se calló, pero los "clics" de las cámaras no cesaron. Los periodistas se abalanzaron sobre ella, rodeándola sin piedad.
—Nahia, ¿de verdad estás embarazada?
—La pequeña doncella pura tiene novio obrero, está embarazada antes de casarse. ¡Esto es un bombazo!
—Nahia, parece que después de alcanzar la fama, quieres deshacerte de tu novio que te ayudó a pagar la universidad, ¿es eso?
—Recibiste una gran cantidad de recursos en este tiempo, ¿acaso te has encamado con algún jefe para conseguirlos?
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