A la mañana siguiente, Sigrid ignoraba deliberadamente a George. No dijo ninguna palabra desde que se había levantado muy temprano para bañarse y durante el desayuno.
George, que estaba acostumbrado al silencio, permaneció indiferente. Caso contrario era Sigrid, que parecía ser la única que se sentía incómoda.
Después del desayuno, cuando George estuvo a punto de irse a trabajar, la criada se acercó y le dijo: "Señor, los disfraces de conejita y gatita que ordenó anoche han llegado. Además, pensé que unos disfraces de criada y enfermera también serían muy buenos, así que los pedí, junto con un montón de 'juguetitos'. ¿Los muevo a la habitación ahora?", dijo la criada como si nada.
"¿Un traje de sirvienta y otro de enfermera? ¿Y todavía se compraron juguetes? ¿Por qué esto se siente un poco pervertido?" Sigrid estaba en shock.
Cuando George imaginó a su esposa con esa ropa, su nuez de Adán no pudo evitar rodar de arriba y abajo, y su respiración se hizo más pesada. Ahora él había cambiado la clara expresión de indiferencia que tenía solo unos minutos antes...
¡Parecía que su mirada intentaba d*snudarla!
Sigrid ya no pudo aguantar el silencio y habló: "¿No acordamos que no tendría que usarlos?"
"Lo que dije fue, que si me perdonabas lo de anoche, no tendrías que usarlos. Pero no estuviste de acuerdo con eso", le recordó George.
Sigrid se quedó en silencio. Ese tipo realmente tenía una habilidad con las palabras. ¡Estaba tan enojada, realmente no le agradaba la idea de usarlos para él!
Sigrid se sintió un poco ofendida. La mirada que le dio a la criada ya no fue amistosa. Estaba llena de resentimiento.
Al ver la criada como la miraba Sigrid, se sintió un poco extraña y bajó la cabeza.
'¿Por qué me mira así? ¿No se supone que esto es para animar las cosas entre ellos?', pensó para sí.
"Ponlo aquí", dijo George.
Sigrid sentía algo de rechazo ante aquello, pero también tenía la curiosidad por saber cómo eran los disfraces. George caminó directamente hacia la caja y la abrió para sacar las cosas que habían adentro.
Cuatro juegos de ropa y... juguetitos...
Miró las esposas y las pequeñas bolas redondas que George había sacado, Sigrid se sonrojó y su mente se llenó con imágenes fuera de tono.
George estaba muy satisfecho con la eficiencia de la criada. Aunque no sabía para qué servían algunos de esos "juguetes", podía buscar la información que necesitaba en Google.
Póntelos esta noche. Parecía serio, pero su corazón estaba lleno de espectativas.
"¡No!" Sigrid negó con la cabeza salvajemente. "Yo... necesito estar mentalmente preparada", dijo ella convencida.
"Quiero verte usarlos en tres días", exigió él.
Sigrid pensó que le estaba dando muy poco tiempo. Sólo tres días, ¿cómo podía prepararse psicológicamente para algo así, en tan poco tiempo?
Pero George salió de ahí tan pronto como dijo eso.
Sabiendo que él tenía que ir a la oficina, Sigrid pensó que solo tendría la oportunidad de discutirlo mejor con él por la noche.
Entonces tuvo la esperanza de que él la dejara en paz durante esos días. ¡Al menos le daría algo de tiempo para encontrar la manera de que él botara algunas de esas cosas!
Después de que George se fue, la criada le sonrió y dijo: "Señora, ¿le gustaría probárselos ahora? Los pedí de talla 'S', pero supongo que tal vez estén un poco pequeños".
Mientras hablaba, la criada miraba fijamente el pecho de Sigrid.
Sigrid se sonrojó y rápidamente se dio la vuelta. "¡No quiero probármelos! ¡Cómo pudiste comprar estas cosas! Y... todavía pedir esos "juguetitos"..."
¡Todo el pedido parecía haber salido de un lugar lleno de f*tiches sucios! La caja incluso traía un pequeño látigo en ella...
A Sigrid no le gustaba el sadomas*quismo. ¿Podía ser que George..?
¡Sigrid no podía imaginarse en una escena en la que golpeara a George con ese látigo mientras lo destrozaba como una d*minatrix!
¡Ella... ella no tenía las agallas para eso!
Un coche deportivo rojo y brillante no era el tipo de coches que George condujera. Además, George se había ido a trabajar. ¿Quién podría estar llegando ahí a esa hora?
La criada volteo la cabeza para echar un vistazo. Cuando vio el coche deportivo rojo acercándose por el camino, frunció levemente el ceño. "No he visto este coche antes, pero debe ser la señorita Andrew", dijo en voz alta.
"Está bien, ¿quién es la señorita Andrew?", preguntó Sigrid.
Sigrid miró a la criada con una expresión en blanco. La criada frunció el ceño y dijo avergonzada: "Espero que comprenda... ella es una admiradora del señor Toland".
"¿Sería mejor para mí entrar a la casa y esconderme?", le preguntó Sigrid.
'Conduce un coche deportivo tan genial y ruidoso. Es obvio que debe sentir mucha confianza. ¡Quién sabe si me rasgaría la cara porque soy hermosa!', se preguntó Sigrid a sí misma.
"Parece que es demasiado tarde".
Tan pronto como la criada dijo eso, el coche deportivo redujo la velocidad. Luego se detuvo no muy lejos de ellas.
La puerta se abrió y salió un brillante zapato plateado de tacón alto. Cuando Sigrid vio la altura de aquellos tacones, sintió que su propio pie comenzaba a temblar.
¡Eso tacones tenían que tener al menos 13 centímetros de alto! ¿Por qué maltrataba así sus pies? ¡Se deformaría los huesos de los pies!
El tobillo de la mujer era muy delgado, lo que hacía suponer que debía ser muy hermosa.
Sigrid también estaba ansiosa por verla, pero cuando esa persona salió del coche, se sintió un poco decepcionada.
No era que la legendaria señorita Andrew no fuera guapa, era solo que tenía demasiado maquillaje en la cara... ¡Demasiado exagerado!
A Sigrid le resultó difícil no mirar los brillos tan obvios y las reparaciones de retoque en su rostro. Especialmente porque era verano, en realidad tenía reflejos tan intensos en la nariz, la frente y los pómulos que su cara se veía aceitosa a la luz del sol...
La criada la saludó: "Señorita Andrew, el señor Toland se ha ido a trabajar".
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